Muchos han visto la imagen del avión de Aeropesca que, como su nombre lo indica, terminó de pesca en las aguas del Orteguaza en 1981. Contaba Germán Rojas, el comandante « Raulito », que unos meses antes le tocó abrir en plena bota caucana, a punta de machete, una pista de aterrizaje para que llegara un avión que vendría cargado de armas porque “tenemos que dejar de peliar con chispunes hermano” le había mandado decir Bateman. A comprar armas y en grande fue entonces la consigna del Comandante. Y eso constituía un cambio radical en la estrategia de la guerrilla, explicaba Raulito. Al final de esta épica, la pista de aterrizaje no se utilizó para sus fines primeros y las armas fueron a parar en las manos de los otros. Al fiasco del Orteguaza se sumó en el mismo año el del Karina cuyo relato, la mayoría de nosotros conoce por el libro de Germán Castro Caicedo que, a su vez, se basó en la grabación de « Salvador », uno de los sobrevivientes del M19 que traía las armas en el barco. Pero como existen tantas versiones de una historia según el lugar desde donde se observe, esta vez vamos a contar la historia del « Karina » vista por el ojo de otro sobreviviente, el encargado de esperar las armas y llevarlas a tierra en Bahía Málaga cerca de Buenaventura. « Lucio de Siloé ».