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Conmemorando a Alvaro Fayad

En su aniversario recordamos al “Turco” Fayad a través de algunos testimonios de quienes lo conocieron de cerca.

Solidario, integro, serio, de gran inteligencia y agudo humor, culto, malgeniado a veces, exigente siempre pero de risa fácil.

Pinceladas que forman el retrato de Alvaro Fayad …

1 El hermano.

« Poco después de la muerte de Gaitán asesinaron a papá » dice William que solía contar su hermano.

William empieza el relato sobre Alvaro con el asesinato de su padre a manos de « los pájaros » y el traslado del cadáver a Cartago.

Y termina la remembranza de su hermano con su asesinato a manos de las fuerzas de seguridad del Estado colombiano y el traslado de su cuerpo a Cartago.

Escuchemos a William …

2 Un compañero en la « Nacho »

En la Universidad Nacional, la « Nacho » Alvaro Fayad aprendió a tirar piedra y a fabricar bombas molotov, pero también fue allí donde estudió con profundidad a Marx, Freud, Hegel, Max Weber.. y a los heterodoxos, George Lucas, Gramsci y Rosa de Luxemburgo. Como estudiante de psicología devoró las páginas que pudo del boom latinoamericano, hizo teatro, escuchó jazz y claro, al infalible George Moustakis.

Y fue entonces cuando su camino se cruzó con Lisandro Meza, quien un dia se convertiría en el reconocido director de cine.
Así lo cuenta Lisandro DUQUE …

3 El sello de las enseñanzas de Camilo Torres

A Alvaro Fayad y a Alfredo Molano los unía un mismo ideal, un cambio de paradigmas en Colombia.
Su amistad en la Universidad estuvo marcada también por los profundos antagonismos reflejo de las disputas del movimiento revolucionario de su tiempo en la escena internacional.
Pero el pensamiento revolucionario de uno y otro lleva el sello de las enseñanzas de Camilo Torres, decano entonces de la Facultad de psicología a la que iba Fayad y profesor en la de sociología, donde estaba Molano.

Así lo cuenta Alfredo Molano …

4 Amigo, compañero de lucha y mas que un hermano

Si una cosa tenia clara Alvaro Fayad es que la paz no puede venir de la oligarquía y que la oligarquía no quiere la paz. Pero, también estaba férreamente convencido de que la mayoría de los colombianos « si queremos la paz y podemos hacer la paz con esfuerzo de consenso mayoritario, un esfuerzo de pluralismo, un esfuerzo de concertación, de distintos intereses sociales, políticos, económicos e ideológicos ». Por eso, y pese a la traición del gobierno de Betancourt, Fayad insistió hasta el final de sus días en que había llegado la «hora de ser gobierno ».

De ello da testimonio su amigo, compañero de lucha y mas que un hermano, Arjaid Artunduaga …

5 Un acercamiento israelo-palestino

Entre los textos consagrados al M-19, hay un libro que destaca la figura de Alvaro Fayad, su vida y pensamiento: « Las guerras e la Paz ». Su autora Olga Behar, da testimonio de esa gran amistad con Fayad, un lazo que empezó en la cárcel con un acercamiento israelo-palestino. Sin embargo, este acuerdo nuca se rompió ni fue frustrado.

Así lo cuenta Olga …

6 Una ejecución extrajudicial

No tenían por qué asesinarlo, dice la vecina del barrio Quinta Paredes. Es lo que se supone que No debe ocurrir en un Estado de derecho. Federico Andreu de la Comisión colombiana de juristas, lleva la demanda contra el Estado por la ejecución extrajudicial de Alvaro Fayad.

Escuchemos a Federico Andreu …

Lanzamiento en Paris del libro de Jorge Eliecer Pardo : Maritza la Fugitiva

A través de una pareja, Maritza y Federico,  y de un movimiento guerrillero: el M-19, Jorge Eliécer Pardo recrea el atávico infortunio de un país que hereda su fracaso. Una historia de amor en la guerra y un cuidadoso trabajo de memoria histórica. 
El lunes 7 de octubre de 2019, Hilvanando la Memoria organizó el lanzamiento en Paris del libro de Jorge Eliecer Pardo, Maritza la Fugitiva, Premio Internacional de novela José Eustasio Rivera, 2018.
Un recorrido por los laberintos y callejones sin salida de una Colombia
que despedía el siglo XX como lo había inaugurado:
con tambores de guerra.
Connversatorio animado por Angélica Pérez, periodista
Jorge Eliécer Pardo, autor del libro
Ligia Vásquez, ex combatiente del Movimiento guerrillero M-19
Nohra Parra, periodista
Con la participación de :
Michel Wiviorka, Presidente de la Fundación Maison des sciences de l’homme
Rodrigo Restrepo, de la Asociación Hilvanando la Memoria

La espada, entre meretrices y poetas

El robo de la espada de Bolívar, como muchas de las acciones simpáticas del M-19, están repletas de anécdotas. Cuenta Yamel Riaño que el operativo estaba planeado junto a otra acción que quedó ensombrecida por la de la espada. Los dos operativos se planificaron para el mismo día y como no había suficientes armas hubo que hacer cola y esperar hasta que llegaran los compañeros de la primera acción para, con ese mismo precario armamento, salir corriendo a recuperar la espada. Raúlito contaba también que hubo un primer intento fallido pues al atravesar en la noche el Parque Nacional rumbo a la Quinta de Bolívar un compañero se
cayó en un hueco y se le disparó el arma. Por fortuna, salió ileso y lograron huir. Pero la acción se tuvo que aplazar. Y cuenta Argemiro que desde que fue sacada de la Quinta del Libertador, la espada de Bolívar dio muchas vueltas, anduvo en muchas casas y en las manos de gente ”importante”.

Ibamos dispuestos a morir por ellos

El 27 de febrero de 1980, el Comando Marcos Zambrano del M 19 se tomó la embajada de República Dominicana en Bogotá durante una fiesta a la que asistía gran parte del cuerpo diplomático extranjero. La operación  » Democracia y Libertad  » buscaba mantener a los diplomáticos como rehenes para obligar al gobierno de Turbay Ayala a negociar la liberación de 311 presos políticos o, en el mejor de los casos, un mínimo de 30 de estos prisioneros, así como denunciar las torturas sistemáticas llevadas a cabo por el régimen contra los opositores y la arbitrariedad del Consejo de Guerra de la Picota. El amor y la intuición política hicieron posible que dos meses después, el 25 de marzo, los rehenes salieran con vida de la embajada junto a los 16 guerrilleros haciendo la V de Victoria. Escuchemos a una de ellas. « María ».

“131 presos, 1100 días de juicio”

Humillado ante el espectacular robo de las armas del Cantón Norte, el ejército acudió a toda la información que poseía para lanzarse en una feroz represión contra los miembros del M-19. Se llevaron a cabo detenciones masivas a lo largo y ancho del país y se acudió a las mas brutales prácticas de tortura para vengar el honor perdido de las Fuerzas Armadas y para arrancar hasta el último detalle que llevara a las armas también perdidas. Los militaren hicieron las veces de captores, torturadores y jueces del M19. Y esto desembocó en el Consejo verbal de Guerra mas largo de la historia. Este es el relato de uno de los enjuiciados en la cárcel de La Picota.

“La pesadilla de Sherwood”

El 30 de septiembre, tres meses después de haberse roto la tregua, un comando de 11 jóvenes del M-19 lleva a cabo un operativo en el sur oriente bogotano. Iban armados con tres revólveres y contaban con experiencia en organización social pero no militar. Se trataba de parar un camión de leche para repartirla a la comunidad. Una de esas acciones al estilo Robin Hood que la organización ya había llevado a cabo con éxito en los barrios populares. Pero esta vez,  la operación se hacía en el marco de la campaña nacional del M19 denominada « De pie Colombia » que vino tras el fracaso del diálogo nacional. Y eso cambiaría todo. Dos meses antes de la frustrado reparto de la leche, el presidente Betancurt habia dicho ante al Congreso en su informe anual: « Firmé los acuerdos de paz con la insurgencia para lograr su desarme en todos los sentidos de la palabra; su desarme político, su desarme moral, su desarme material ». El M-19 no había sido desarmado. Pero la guerra estaba echada para eliminarlo.

Lupe, misisicui y panela

Quien no sea experto en lucha guerrillera no tendrá la menor idea de lo que en el argot de la guerra es el“entrayhuye”. Ese término está ligado a un cambio de
estrategia del M-19 en el monte. Fue por allá a finales del año 83 y comienzos del 84 en el la organización mandó al traste la estrategia de las tomas guerrilleras implementada hasta entonces y que consistía en entrar a un pueblo, ocuparlo, agarrar ciertas cosas y salir corriendo sin dar pie al combate con el ejército. La nueva modalidad se estrenó con la Toma de Florencia, la primera de la capital de un departamento, en donde había dos mil soldados y como cuatrocientos policías. En Florencia los guerrilleros se mantuvieron por varias horas. La audacia y la fuerza de esta operación obligó al gobierno a reactivar las empantanadas negociaciones. Un triunfo político, sin duda. Después vinieron las tomas de Corinto, Yumbo, Miranda y en las que tras la toma, la guerrilla esperaba al ejército en el filo de cordillera para atraerlo hacia una posición favorable para el grupo y enfrentarlo. Tras cruentos combates, el ejército terminaba por retirarse. Una victoria militar. En la Toma de Miranda estuvo «Lupe».

 

“Nachito, Nacho cuenta el cuento”

El Flaco Bateman describía al cuatrenio de Turbay como « uno de los gobiernos mas reaccionarios, mas militarista, mas torturador, mas asesino de la historia de Colombia ». Ese Gobierno llegó a su fin con las elecciones de 1982 en las que los candidatos eran Alfonso López por el Partido Liberal y Belisario Betancourt por el Conservador. El 30 de mayo de ese año los colombianos eligieron a Belisario quien llegó al poder montado en el caballo de la paz ofrecida a los alzados en armas. Dos días antes de esos comicios, un comando de jóvenes del M-19 había intentado sabotear las comunicaciones durante el proceso electoral. El operativo falló. La paz también. Y « Nacho » quedó vivo para contarlo.

Chocó y Nariño: una gesta aciaga

En Cuba, los guerrilleros del M-19 participaron durante tres meses en una escuela de formación militar. A comienzos de 1981, dos grupos salieron de la isla rumbo a Colombia. El primero con destino al departamento del Chocó donde el ejército aplicó con ellos la política de « tierra arrasada ». Apenas unos pocos, dos o tres, lograron sobrevivir a la mas cruel de las matanzas.
El segundo grupo desembarcó en marzo de 1981 en la Costa Pacifica para dar inicio a la « Operación Antonio Nariño ». Este es el relato de Maria Eugenia, quien hacía parte de los 80 guerrilleros que hicieron parte de esta epopeya dolorosa.

Relato desde la orilla

Muchos han visto la imagen del avión de Aeropesca que, como su nombre lo indica, terminó de pesca en las aguas del Orteguaza en 1981. Contaba Germán Rojas, el comandante « Raulito », que unos meses antes le tocó abrir en plena bota caucana, a punta de machete, una pista de aterrizaje para que llegara un avión que vendría cargado de armas porque “tenemos que dejar de peliar con chispunes hermano” le había mandado decir Bateman. A comprar armas y en grande fue entonces la consigna del Comandante. Y eso constituía un cambio radical en la estrategia de la guerrilla, explicaba Raulito. Al final de esta épica, la pista de aterrizaje no se utilizó para sus fines primeros y las armas fueron a parar en las manos de los otros. Al fiasco del Orteguaza se sumó en el mismo año el del Karina cuyo relato, la mayoría de nosotros conoce por el libro de Germán Castro Caicedo que, a su vez, se basó en la grabación de « Salvador », uno de los sobrevivientes del M19 que traía las armas en el barco. Pero como existen tantas versiones de una historia según el lugar desde donde se observe, esta vez vamos a contar la historia del « Karina » vista por el ojo de otro sobreviviente, el encargado de esperar las armas y llevarlas a tierra en Bahía Málaga cerca de Buenaventura. « Lucio de Siloé ».